Ya saben: todo es mohína. Ya tenemos otro follón liado, bueno, no; ya ha vuelto a aparecer de nuevo un follón que periódicamente aparece: la financiación de las regiones del reino (ya saben: no me gusta el término Comunidades Autónomas: me suena a surrealista y, aunque encuentro enriquecedor el Surrealismo, pienso que no es el tema de la división territorial del Estado el lugar más apropiado para aplicar las características de este movimiento cultural).
‘Claro’, dirán algunas/os de Uds., ‘la razón de la nueva aparición de este follón arranca de la publicación, a principios del pasado Diciembre, del famoso estudio del BBVA en relación a los flujos interregionales’; pues …, si, pero no. El estudio del BBVA, que algunas/os hallaron clarificador, otras/os, demagógico, y el resto inexacto debido a la metodología utilizada para su elaboración, lo único que hacía era constatar una realidad con arreglo a unos criterios que pueden encontrarse acertados o no, es decir, lo que hacía era una foto de la realidad con unos ajustes técnicos en la cámara utilizada que, aunque válidos, pueden ser discutibles como los más convenientes a utilizar; pero tan sólo hace eso: una constatación, una foto.
El problema no es el estudio del BBVA o cualquier otro que, por ejemplo, sobre las balanzas fiscales, un organismo o institución pueda realizar, aunque ese estudio sea elaborado por encargo del propio Gobierno del reino, ¡que va!, el problema radica en que el valor añadido que España genera es insuficiente para las carencias que España tiene. Ni más, ni menos.
España genera poco valor para atender a las necesidades de España, de las españolas y de los españoles, necesidades que todas las regiones de España tienen, y necesidades que tienen todas las españolas y todos los españoles que en esas regiones residen; ¿lo duda alguien?: España muestra una tasa de pobreza del 20%, la misma que mostraba en 1982 (dentro de muy poco crecerá).
Pero resulta que ese valor insuficiente que España genera, lo genera, atendiendo al lugar donde es generado, de forma sesgada, es decir, unas regiones generan muchísimo más valor que otras; pero, para complicar más las cosas, la calidad del valor generado no es homogénea ya que unas regiones, en relación al número de sus residentes, generan mucho más valor de lo que generan otras. Para acabar de complicar las cosas, el número de residentes de cada región no ha evolucionado del mismo modo durante los últimos años; y, en el colmo de la complicación, la capacidad de generación de valor no es la misma en cada región.
Pues bien, como ese valor generado ha sido insuficiente para atender las necesidades existentes y las nuevas que han ido apareciendo, y como las complicaciones descritas en el párrafo anterior se han cronificado, periódicamente han ido apareciendo follones en relación a la madre de todos los temas regionales: la financiación regional, y de su corolario, claro: las balanzas fiscales regionales.
Mientras España ha ido yendo bien, mientras las cosas han ido rodando, mientras todo el mundo podía ir tirando de créditos, mientras, las tarjetas han ido chasqueando al ser extraídas de los billeteros, esos follones han ido apareciendo de forma mitigada, aminorada, con sordina. Aquellas regiones que aportaban mucho más de lo que recibían para atender sus necesidades regionales y las de sus residentes protestaban, sí, pero quedamente; todo se dejaba para la próxima vez, para la próxima negociación, para la próxima cita; porque se podía, porque, aunque con tensiones, se iba tirando.
Pero ahora, a las puertas de una crisis de espanto en la que el reino va a sufrir especialmente, la sordina ha sido tirada por la ventana y se empieza a gritar a voz en cuello. Se publican las balanzas fiscales. Los recursos, si antes no eran suficientes, ahora ya son escasos, y mañana van a ser absolutamente insuficientes. Y se sabe, y las regiones que no generan el valor suficiente para atender sus necesidades, lo saben; y las regiones que, de momento, si lo generan, lo saben también. Las primeras luchan para conservar lo que se les concedió en el primer reparto, las segundas por conseguir lo que no obtuvieron. Y todas saben que las cosas van a peor; todas lo saben.
Porque, en el fondo, el problema de la financiación regional en España es de pobreza relativa, ya que en el primer reparto: en la LOFCA, se fue a repartir lo escaso, y claro, si algo escaso continúa siendo escaso, los problemas están cantados.
“Donde no hay harina ….” ... hay problemas: lo dice la FED: http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601087&sid=aLiSra_oE8ps&refer=home, ¡y eso que no hemos llegado a Noviembre!.
(¿Qué fácil es decir que los culpables de lo que está sucediendo son las entidades financieras porque no conceden créditos, verdad?, ¿qué sencillo es echar la culpa al ICO por que no salva a empresas que van a quebrar, no?. Estos días se está celebrando un aniversario: ¿qué aniversario?: esto que se está celebrando ahora empezó a cocerse en 1973, lo único que pasó hace un año es que el Sistema dijo: ‘hasta aquí he podido llegar, ahora toca poner en práctica la nueva estructura del próximo Sistema’. Las entidades financieras y el ICO podrán ser culpables de muchas cosas, pero no de la crisis cuya precrisis comenzó en Septiembre del 2007; porque mientras esas entidades financieras a las que ahora se culpabiliza concedieron créditos a mansalva y ‘financieron’ un ‘crecimiento’ que a la mayoría le pareció muy bien -¿realente fue una financiación?, ¿verdaderamente se produjo un crecimiento?-, casi nadie dijo ni pío; ahora hay que encontrar culpables y las entidades financieras cumplen muy bien con esa función de culpables, aunque eso no es nuevo, lean:
“La alta banca absorbe la economía nacional arruinando al pequeño labrador, al pequeño industrial, al modesto negociante, con beneficio y lucro de los consejeros, de los accionistas, cuentacorrentistas y demás participantes; es decir, de los que no trabajan, pero que se benefician del trabajo de los demás. Los bancos son meros depositarios del dinero de los demás. No producen. A los dueños del dinero les abonan el uno por ciento y, por ese mismo dinero, que no es suyo, cobran a los demás el siete por ciento. Con sólo una sencilla manipulación de dos asientos en sus libros obtienen esa pingüe diferencia”.
¿Saben quien pronunció ese alegato?, pues fue José Antonio Primo de Rivera, en un discurso pronunciado en Sanlúcar de Barrameda el 8 de Febrero de 1936).
(París. Hablaremos más. De momento tomen nota por si desean adquirir una propiedad inmobiliaria en la Ciudad de la Luz. Lugar: Avenida Foch, superficie: 16 m2 (calificado como ‘apartamento – estudio con vistas sobre jardín’, precio: 228.000 euros. El que viene está mucho mejor: lugar: Avenida Neuilly, frente a Bois de Boulogne, superficie: 225 m2 más 120 m2 de terraza (calificado como apartamento; incluye cuatro plazas de parking, lo que es muy útil teniendo en cuenta de que, en París, es un hito tener aparcamiento, precio: 3.950.000 euros. Para quienes deseen algo intermedio, aunque bien situado, tienen algo como esto: lugar: zona Etoile, superficie: 55 m2 (calificado como ’dos piezas’; posibilidad de parking en el inmueble), precio: 488.250 euros. Ahora me dirán que esas son zonas de lo mejorcito; ¡claro!, ¿dónde, sino, iban a comprar?).
¡Faltan dos días para el 14A!
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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