30 de junio de 2009

PRIMERA FUSION: Nace Unió de Caixes Catalanes

El proceso de integración de las tres entidades, Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu, podría contar con hasta 300 millones del Frob y comportará el cierre de 150 oficinas y el recorte de cerca de 400 empleados.

Fuente: Expansión

21 de junio de 2009

Ser, tener y hacer

Un comentario que escuche en la radio (en un programa que teóricamente es de misterio) me hizo que pensar y es que hay mucha razón tras el. El comentario simplemente fue: “ser, tener y hacer”.

Si nos fijamos la sociedad nos empuja en la dirección contraria y esto hace que interpretemos esta frase en orden inverso:

Nos pasamos gran parte de nuestra vida trabajando (algunos mas honradamente que otros). HACEMOS con la finalidad de TENER más, y en función de lo que tenemos consideramos lo que SOMOS.

Al final nos encontramos con que: HACEMOS, TENEMOS y SOMOS.

Creo que es la sociedad en la que vivimos, es como una espiral que nos arrastra de forma constante y cada vez más rápida, es difícil y prácticamente imposible ir contra corriente, incluso los que te rodean te hacen volver al cauce.

Pero pensemos por un momento como podría ser de otra forma:

Primero deberíamos SER alguien, definirnos realmente. En función de lo que somos podremos TENER (inmaterial) y con lo que tenemos podremos HACER.

17 de junio de 2009

16 de junio de 2009

5 de junio de 2009

MT4 en Linux

Como buen operador queria ver como pdoer usar Metatrader4 en Ubuntu y loe he conseguido con wine y winetricks.

Al instalar el meta4 con el wine no se ejecuta bien porqué falta el fichero mfc42.dll.

1) Necesitas instalar winetricks; para hacer eso hacer:

wget http://kegel.com/wine/winetricks
chmod +x winetricks
sudo mv winetricks /usr/bin/

2) Instalas requerimientos para el MetaTrader (gecko se usa para el renderizado HTML):

winetricks -q gecko vcrun6

3) Instalas MetaTrader con Wine y ejecutalo.

Fuente: Foro wine

3 de junio de 2009

Deflación, again

Vuelve a tocar hablar de esto (aunque Uds. ya oyeron aquí de esto hace unos meses). De entrada, y para que quede claro, lo que yo pienso: 1) Hoy, ahora, y a pesar de que durante tres meses el incremento de precios ha sido negativo, no estamos en deflación, y 2) pero vamos hacia ella, es decir, en seis meses, a finales del 2009 / principios del 2010 ya estaremos a las puertas de la deflación.

La historia económica moderna del reino comienza en 1996, y lo hace con la frase “España va bien”. No, ahora no toca hablar de eso, pero la evolución de la economía española a partir de esa frase guarda un paralelismo muy estrecho con la evolución de su productividad: a peor de forma continuada, y de su nivel de precios: oscilante, y esa oscilación está compuesta de tendencias y derrumbes: derrumbes: lo que nos decía -‘ía’, pasado- que algo no estaba funcionando adecuadamente.

Tras un breve derrumbe, una corta tendencia de aumento y un derrumbito entre 1996 y 1998, una tendencia larga de alza hasta finales del 2000, derrumbe hasta mediados del 2001, tendencia al alza y a la baja hasta principios del 2004 y larga tendencia hacia arriba aunque progresiva hasta el final del 2005. Hasta aquí mucha oscilación, mucha importación, poca productividad; pero desde principios del 2006 empiezan a suceder cosas raras.

Derrumbes en escalera hasta Septiembre del 2007, alza en tromba hasta mediados del 2008 (aquí si tuvo que ver mucho el crudo, pero, también, y se cita poco, la enorme dependencia energética española, y tambienísimo, y no se cita nada, la bajísima productividad petrolífera española), superderrumbe hasta principios del 2009, y, atención ahora, ¡tendencia a la baja en flecha hasta el momento actual!.

Resumen: la evolución de la inflación en el reino en los últimos doce años ha sido una sucesión de tendencias y derrumbes, pero enmarcados dentro de una tendencia general al alza, sin embargo, lo que está sucediendo en el 2009 es otra cosa: el inicio de un proceso deflacionario que alcanzará toda su dimensión cuando principie la crisis sistémica a mediados del 2010. Aquí, sí, pero también allá.

Es muy curioso pero de la deflación sólo suele contarse una parte, una parte que no es causa, sino consecuencia. Se dice que la deflación se produce porque el consumo se retrae debido a que espera bajadas de precios, y sí, pero, ¿por qué se produce ese fenómeno?. (En la Gran Depresión entendieron esto muy bien).

El origen de una deflación puede ser múltiple; en esta coincidirán tres fenómenos. Por un lado los niveles de endeudamiento privado son muy, pero que muy elevados (los del público también pueden serlo, pero no es imprescindible, evidentemente, si lo son la cosa aún es peor); por otro, nadie obtiene ni un céntimo de crédito en ninguna parte, ni lo obtienen las empresas, ni lo obtiene la ciudadanía (ya no digamos que los Estados tengan también problemas para obtener fondos), por lo que el consumo, de todo, se hunde; por otro más, y como causa de lo anterior, pero no sólo porque puede haber una tendencia anterior, el desempleo del factor trabajo aumenta, tanto en horas de trabajo (cambio forzado de contratos a tiempo completo por contratos a tiempo parcial), como en menor utilización de las capacidades de la población activa (aumento del subempleo), como en reducción del número de personas ocupadas (aumento de la tasa de desempleo), lo que realimenta el punto anterior.

Las compañías ven reducida la demanda de los bienes y servicios que producen, lo que les lleva a reducir la oferta (medida tradicional) y a mejorar su competitividad a fin de ser ellas quienes vendan lo poco que se venda, mejorando su productividad (medida nueva que será utilizada en esta crisis), máxime si enmarcamos esta situación en un escenario de expectativas de disponibilidad de commodities tendencialmente decreciente. (Es de cajón que en un entorno como este el comercio internacional se detrae -defender cada uno lo suyo, aún a costa de carencias en suministros- independientemente de lo que vayan diciendo unos organismos internacionales que cada vez van a ser menos escuchados).

Esta tendencia, pienso, se irá produciendo en todas las economías, pero en España será más dura porque es mucho más dependiente que otras de su entorno; la prueba la tenemos en la tendencia iniciada a principios del 2009: hacia abajo, abajo, abajo, que nada hará inflexar ya que las entidades financieras continuarán sin conceder los volúmenes de crédito ‘de antes’, el desempleo del factor trabajo continuará aumentando, los niveles de endeudamiento privado no van a reducirse, y las empresas van a seguir tratando de reducir sus costes y mejorar la productividad; y como España tiene la estructura de PIB que tiene (bienes y servicios de bajo valor y dependiente del exterior), pues eso: la tendencia deflacionaria, en España, peor.

Hay quienes argumentan que la caída de precios es debida al descenso en los precios del crudo. Pienso que no, que el descenso de los precios del petróleo influye, evidentemente, pero de forma combinada con otras cosas; ¿cuáles?, estas. El petróleo se utiliza para una serie de cosas, pero si-lo-que-se-hace con el crudo, es decir, lo que se oferta que tenga alguna base en el petróleo y lo que se demanda que incluya alguna vinculación con el petróleo, es decir, prácticamente todo, cae aunque el precio del crudo se incremente, la deflación seguirá adelante porque el aumento del precio del aceite de piedra producirá una inflación de costes en una atmósfera de caída de la actividad; pero como el nivel de endeudamiento bla, bla, bla; la concesión de créditos, blo, blo, blo, y el desempleo blu, blu, blu, ese incremento de costes no sólo no será trasladado a los precios, sino que forzará a estos a la baja porque se tenderá a ganar competitividad. Resultado: deflación al margen del crudo.

Y en España peor. En España todo lo que hemos comentado hasta ahora se ve potenciado por su dependencia y por su estructura económico-demográfica. La generación de productividad en España es muy baja, por lo que aunque los precios españoles se reduzcan más que los de sus competencias, continuará no siendo competitiva; además, la tendencia del consumo de otros países está yendo a la baja: por miedo, por temor, por unas peores expectativas, o por un aumento del desempleo: la situación de OPEL, por citar un ejemplo, en nada va a ayudar a mejorar el consumo, por lo que mucha de la producción española contribuirá al exceso de oferta que se da en todas las deflaciones (al menos al principio).

La última deflación fue la que se produjo en la Gran Depresión. Tal vez esta no sea tan bestia, pero sus implicaciones serán peores: entonces la población tenía muchas carencias, muchísimas, y hoy, hasta ayer, cualquiera podía tener lo que quisiera cuando quisiera con sólo sacar de su bolsillo un plástico. El truco está en que la gente no viva la situación tan mal, ¿cómo?, pues montándose un rollo psicológico: ‘Esto que estábamos haciendo era insostenible’. Si los placebos actúan …

(Por cierto. Que no haga bandera el principal partido de la oposición de esta situación deflacionaria hacia la que se encamina la economía española: cuando ese partido gobernaba contribuyó a que se fuese creando).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.