10 de agosto de 2008

Stuttgarter Zeitung: Tras 14 años de boom directos a la crisis

Ha salido en la edición de papel, en internet está como pago en http://www.stuttgarter-zeitung.de/st...il.php/1782885
Es una visión de la crisis española relatada con toda crudeza, me ha llamado mucho la atención, clava los argumentos dados en el foro y aporta datos sobre las debilidades de nuestra economía. Os lo traduzco:

España afectada mucho más por los problemas inmobiliarios que sus vecinos europeos.

Los años de vacas gordas se fueron. España se encuentra en una triple crisis: La economía se resiente por el fin del boom inmobiliario, la crisis crediticia y el petróleo caro.

España tiene un par de problemas. El PIB solo ha crecido un 0,1 en el segundo trimestre, y la tasa de crecicimiento en comparación con el año anterior cayo un 1,8 % (PIB fue de un 3,9 % el pasado año). La debilidad de la economía ha supuesto una escala de la tasa de paro hata el 10,44%, esto son dos puntos y medio más que el año pasado. Y para mayo desgracia la inflación alcanzó en julio el 5,3 %, el valor más alto desde el año 1992. La debilidad vino " más expresa, más intensiva y más rápida de lo previsto", escribió el Banco de España, y sus previsiones para el futuro próximo van en la misma dirección: Hacia abajo.

La economía española se instala en la crisis tras 14 años de boom con crecimientos superiores a la media europea. Aunque el presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero y su ministro de economía Pedro Solbes durante meses han evitado la palabra. No han querido pintar al diablo en la pared. Sin embargo allí está la crisis, que no quiera expandirse en recesión: esto serían dos trimestres consecutivos con crecimientos decrecientes. El ministro de economía Solbes intanta, en su pesimismo transmitir algo de optimismo: cuando no haya sorpresas negativas, "entonces pensamos que tendremos un crecimiento muy pequeño o nulo en los los siguientes trimestres".

El desencadenador de la crisis ha sido el fin del boom inmobiliario. El boom tuvo causas muy reales: demanda creciente de vivienda por parte de los nuevos inmigrantes, gente joven que se emancipaba de casa de sus padres y los turistas europeos, que cumplían su sueño de una vivienda de vacaciones en el mediterráneo.

Pero el boom se convirtió en la clásica burbuja, cuando inversores grandes y pequeños empezaron a creer, que la vivienda sería una buena inversión, ya que los precios siempre subían.
Algo así funciona algunos años, y a continuación viene la trampa: Cuando la oferta supera en tanta amplitud a la demanda, cosa que el inversor más tonto puede comprobar, la vivienda ya no se puede vender. Algunos se han dado cuenta realmente demasiado tarde, como Fernando Martín, cuya inmobiliaria Martinsa-Fadesa hace un mes se vio obligada a declarar concurso de acreedores. Una de las mayores quiebras de la historia española.

A que la burbuja ya está pinchada, se le une además la crisis de crédito internacional. Tras las experiencias catastróficas con el crédito otorgado a ciegas y posteriormente revendido de las hipotecas subprime de USA, los bancos de occidente se han vuelto más cautelosos con la concesión de créditos.

Por lo tanto suben los intereses. Y lo sufren no sólo los propietarios en España, cuyas hipotecas son a interés variable, sino también las empresas con ánimo inversor. Y además vienen los explosivos precios del petróleo (aunque ahora hayan disminuido algo). Una triple crisis, de la que España no saldrá tan fácilmente. Los políticos económicos calculan como pronto finales de 2009, probablemente en 2010 haya tiempos mejores. España debe rellenar el hueco que deja el mercado roto de la construcción. La construcción suponía hasta ahora el 18% del PIB del país, según el cálculo del segundo banco del país, BBVA; de los cuales un 7 % de la cuenta de construcción de vivienda. Y se contrae a la mitad, lo que no es necesariamente una mala noticia: de las 800.000 viviendas que se contruyen por año, por lo menos 400.000 son exceso. Pero cada cambio estructural es duro. Las despedidas en empresas de la construcción afectan sobre todo a inmigrantes, que deben buscar nuevos trabajos, y por el momento no se ve, de donde se pueden generar estos puestos de trabajo.

La economía española es en comparación poco innovativa, este es uno de sus problemas estructurales, que el boom de la construcción había tapado. La Unión Europea publica cada año un "indicador de innovación", que marca la capacidad de efectuar desarrollos tecnológicos de los países miembros. De una escala de 0 a 1 España recibe un 0,31 y por lo tanto está detraás que la República Checa. En comparación Alemania alcanza 0,59, Luxemburgo 0,53 y Suiza con 0,67 tiene uno de los valores más altos del mundo. Un criterio para la entrega de puntos es el número de patentes que un país a la vez registra en la Unión Europea, EEUU y Japón, en proporción con el número de población. Suiza llega a 81,3 patentes por millón de habitantes, Alemania 53,8, Luxemburgo 47,2... y España 2,7.
Una de las consecuencias de la falta de fuerza de inovación es la alta inflación en España, que desde años es un alrededor de un punto porcentual por encima de la media de la UE. Es más cómodo, elevar los precios que la productividad. Los altos precios golpean la competitividad internacional de las empresas españolas: por este motivo España presenta un tremendo déficit del saldo por cuenta corriente. Y a diferencia de la última crisis a comienzos de los 90 España no puede devaluar su moneda, para fomentar las exportaciones. La crisis significa reto y oportunidad: no solo en el PIB per capita con relación a la UE (lo que España ya prácticamente lo había conseguido), sino también creatividad per cápita. No tiene porque no ocurrir. Pero llevará tiempo.

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