9 de junio de 2007

Vender un piso es ya una prueba de paciencia: el tiempo medio para hacerlo es de un año



Un síntoma claro de la tan cacareada ralentización de la demanda inmobiliaria española es que cada vez cuesta más tiempo vender una vivienda, sea nueva o de segunda mano. En concreto, casi el doble que hace dos años, cuando se inició el principio del fin de una década de boom del ladrillo

Ahora se tarda unos 24 meses en comercializar una promoción completa de pisos nuevos, desde que se obtiene la licencia de obra hasta la certificación final de la misma. Hace dos años se construía en un año y medio y todo estaba ya vendido antes de que se acabara.

Hoy, en cambio, una vez levantada, pasan unos seis meses hasta que se entregan las llaves del último piso.

Ese es el diagnóstico general de las consultoras inmobiliarias sondeadas por elEconomista.

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Los expertos coinciden en que la dilatación del período de venta es mayor en zonas donde los pisos están más caros: las áreas metropolitanas de Madrid, Barcelona y otras capitales, pero aún mayor en el litoral, en especial en el mercado de segunda residencia, que se ha ralentizado más.

Según Pérez, "las ventas en la costa de viviendas turísticas de más de 300.000 euros han sufrido un parón". Ese parón, precisó García, no se ha producido en el Levante, pero sí en la Costa del Sol, a la que el escándalo de Marbella ha hecho mucho daño.

En el mercado de segunda mano también se han duplicado los tiempos de venta: hasta 2005 los carteles de se vende duraban como mucho seis meses en los pisos, mientras que actualmente permanecen más de un año, según Lozano, e, incluso, más de dos, según Pérez.



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