20 de noviembre de 2008

Lectura

n lector, hace unos días, me remitió el texto que viene a continuación. Léanlo con calma: tiene miga: por lo que significa. Lo leerán tal cual lo recibí.

“Buenos días, (...)

Simplemente trato de aportar un poco de información de lo que yo puedo observar. Soy un pequeño empresario, tengo dos tiendas (moda y relojería) en dos centros comerciales grandes.

Ahí va…

Año 2008

Enero. La campaña de Navidad-Reyes no ha ido mal, empezó dubitativa pero al final se equiparó con campañas anteriores siendo en su conjunto positiva.

Febrero. Pero llega febrero….aquí llega el desastre, parón brutal y caída de ventas de un 20%, los clientes empiezan a comentar con mayor frecuencia la mala situación económica y lo peor está por llegar.

Marzo-Abril-Mayo. Caída progresiva de las ventas hasta el 40%. Empiezan a cerrar negocios, primero algunos pocos. Con el paso de los meses son muchos, ya no es rentable. En los comercios de calle es lo mismo, cada vez más locales quedan libres y se ven muchos locales con “se alquila”. El consumo no ha caído, se ha derrumbado.

Junio-Julio-Agosto. Más de lo mismo, en comparación con otros años muy mal.

Hasta aquí todo normal, es decir mas o menos lo conocido. Pero no he escuchado a nadie hablar de la burbuja inmobiliaria aplicada al sector servicios. Esta ha evolucionado de forma paralela a la burbuja inmobiliaria residencial y con una explicación muy sencilla.

Como desde hace seis años el consumo aumentaba y aumentaba de manera exponencial y se vendía tanto y de todo, el precio de los alquileres de los locales subía y subía (igual que los pisos). Estos alquileres estratosféricos que se podían pagar cuando el consumo estaba desbocado no tienen ahora ningún sentido. Ahí va mi predicción, el 90% de los pequeños comercios que han abierto en los últimos tres años no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir y cerrarán. Los precios de los alquileres de los locales bajarán, pero mucho.

También existe un pequeño detalle que considero que se ha comentado poco en los medios, por su consecuencias en el empleo, y este es la subida de la luz y sus repercusiones en el comercio. Esta subida ha provocado el siguiente impacto en mis cuentas. La factura de la luz me ha subido 150 € al mes por tienda, dos tiendas, 3600 € al año. Para pagar dicha cantidad tengo que facturar algo más de 7000 €, que viene a ser mi facturación total de una tienda en un mes de los flojos actualmente. Es decir un mes en el que pago alquiler, mercancía, trabajadores y gastos varios, destinado a hacer frente a la subida de la luz. Tal y como están las cosas solo este pequeño detalle es suficiente para plantearse el abandono de la actividad comercial. Desde luego han elegido mal momento para subir los impuestos.

Un director de unos grandes almacenes (Nombre de una gran cadena) me comentaba hace una semana que tienen órdenes de apagar el rótulo exterior a las 22:00 horas cuando antes se dejaba varias horas más. Si les afecta a ellos…

Desgraciadamente yo estoy en esos comercios que firmaron alquileres elevados, hace cuatro años. Me ha dado tiempo ha rentabilizar la inversión, pero se suponía que este año 2008 empezaría lo bueno y lo que ha empezado son las perdidas.

Que hacer… pues desde mi punto de vista aguantar hasta Navidad y después cerrar. No queda otra, con el consumo por los suelos y el miedo que ya ha calado en la gente las perspectivas no son nada buenas. Ahora se habla más de la crisis pero lo que asusta es que últimamente la gente comenta que tienen miedo de perder su trabajo, que su empresa no va bien, que no se vende….”.

Lo anterior, de alguna manera, conecta con algo que me comentaron hace, más o menos, una semana. La historia se refería a una señora que en su día había solicitado, y obtenido, una hipoteca en una entidad financiera española muy, muy importante, hipoteca que le suponía una cuota mensual de 1.500 €; pues bien, hace unos meses, esa señora, por diversos motivos se vio en la imposibilidad de continuar pagando la cuota mensual de su hipoteca y fue a la entidad a notificarlo. Dos horas después, la señora salía de la entidad con el siguiente acuerdo: tres años de carencia de nominal y de intereses y, al cabo de esos tres años, pagará 1.900 euros mensuales.

A quien me lo contó le pregunté si la señora estaba segura que al cabo de tres años podría pagar un 27% más de la cantidad que ahora no puede, y quien me lo contaba me dijo que la señora no tenía ni la más remota idea, pero que con ese acuerdo había ‘solucionado’ un problema que tenía; y esa entidad financiera tan importante había ‘solucionado’ otro: no tener una morosa / un incobrable. Pues todos contentos, ¿no?.

(El presidente de la Generalitat de Catalunya va a decir a los dirigentes de Nissan que el ERE que ha presentado de su planta de Barcelona es muy ‘drástico’. Pienso que no se lo va a decir, no porque no quiera, sino porque no va a tener la oportunidad; y aunque lo diga, ¿qué va a evitar?. Yo sigo con lo mismo: ¿nadie vio hace diez años que esto que está sucediendo con el automóvil iba a suceder?, si la respuesta es afirmativa: ¿por qué nadie pide responsabilidades a quienes debieron haber actuado?, y, si es negativa: ¿por qué no dicen nada las/los responsables de no verlo?. Ya sé, ya se: existe otra opción: que se viera y que nada quisiera hacerse ni decirse porque ‘no era conveniente’. Pues vale).

(La última historieta: eliminar de las listas de desempleados a las/los trabajadoras/es prejubiladas/os. Es buenísimo: esas personas prejubiladas no ¿son?, ¿están? desempleadas porque las jubilaron previamente a fin de que no fuesen despedidas, sin embargo, continúan estando integradas en la población activa, pero no están obligadas a aceptar un empleo, aunque pueden aceptarlo. Yo propondría que a esas personas se les dejase de denominar ‘prejubiladas’ y pasase a llamárseles ‘semidesempladas’. ¿No creen que mola más?).

(Ya se habrán enterado: durante el pasado mes de Octubre los precios variaron en USA el -1,0%: el descenso más acusado desde que en 1947 comenzasen a ser registradas estas cosas. Cierto es que, por sí solo, eso no dice mucho, pero si lo juntamos a todo lo que está sucediendo y a las expectativas, el escenario que se está configurando tiene un nombre muy concreto, y ya saben cual es. Échenle una ojeada a esto: http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601087&sid=aEUKE5CH6LeU&refer=home, acongoja).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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