Ya lo hemos dicho aquí: la razón última de que esté pasando lo que está pasando radica en que el ‘Mundo de lo Financiero’ comenzó a separarse del ‘Mundo de lo Real’: desde principios de los 80, pero sobre todo, desde 1991, lo financiero dejo de ser el acompañante y facilitador de lo real de tal modo que este mundo financiero fue adquiriendo una existencia propia desvinculada del mundo de la economía real, una vida independiente con sus propias reglas y normas. (Lo malo, también lo hemos dicho, es que sin estas el mundo real no hubiese crecido lo que ha crecido).
A estos dos mundos, desde hace un tiempo se ha añadido un tercero, un mundo bastante reducido aunque muy activo en estos últimos meses, un mundo nuevo escindido del Mundo Financiero; es el Mundo de los Profesionales del Mundo Financiero, un mundo en el que, cada vez más, se mezclan los deseos, las necesidades, las apuestas, los sueños, las actuaciones (en ocasiones) al margen de la lógica.
Los habitantes de ese mundo necesitan creer que las cosas van a volver a ser como eran porque necesitan cambiar su Ferrari cada año; por eso, por ejemplo, apostaron a que USA, al pasar de unos tipos del 1,5% a unos del 1,0%, entraría en un Nirvana que catapultaría al planeta al séptimo cielo: es lo que, por ejemplo, había detrás de la mayor revalorización que, en Tokio y en los últimos 34 años, experimentaron los títulos de Honda el pasado Martes 28. Simplemente, absurdo, pero ese mundo necesita creer que es posible volver a lo de antes, por eso ese día el Dow creció en 10,88% y el Nikkei el 6,41%.
Eso sucede en ese mundo. En el Mundo de lo Financiero, las entidades continuarán solicitando ayudas o diciendo que no las necesitan: “no hay trampa ni cartón”, dijo el CEO del Santander también el mismo Martes. En el Mundo Real, ese Martes, se hizo público que el índice de confianza del consumidor USA había alcanzado, en Septiembre, un nivel que correspondía al menor en 41 años (con una diferencia: el 1967 la economía planetaria ‘iba a más’, hoy ‘va a menos’.
En ese Mundo Real, siguiendo en USA, pero pudiendo ir a cualquier otro lugar, ¿cuál será el nivel de endeudamiento de cada uno de esos consumidores cuya confianza ha caído en relación a sus ingresos reales?, ¿cuáles serán sus expectativas de renta y sus expectativas de evolución de esa renta?, ¿cuáles las de progresar en sus empleos (no ya las de mantenerlos)?.
A esos consumidores, hiperendeudados, hipertemerosos, sometidos a alzas de precios y a encarecimientos de servicios, ¿les va a impulsar a incrementar su consumo el hecho de la FED rebaje los tipos del 1,5% al 1,0%?. No sé como lo ven, pero pienso que no.
La Reunión del 15N (con mayúsculas, como El Plan) en Washington. Sigan esa reunión, sigan lo que se va a seguir: va ser crucial. Lo están vendiendo como un nuevo Bretton Woods, y no va ser eso: va a ser mucho más. El día 15 van a cortar la cinta: ‘Queda inaugurado este pantano’, pero en la batería de reuniones que van a tener lugar en los próximos años: 2 ó 3 (si, han leído bien), se va a empezar a definir la nueva estructura monetaria-financiera -económica del nuevo sistema; y The UK va a jugar un papel fundamental; y, de la invitación a España, ya ni se habla.
(La Generalitat de Catalunya ha dado luz verde para que Seat reduzca su plantilla en casi 4.500 trabajadores, temporalmente, a lo largo de ocho meses; ¿alguien dudaba que daría su visto bueno?. La razón que da la compañía es la bajada en las ventas de automóviles, lo que es cierto: se están vendiendo menos coches, pero hay algo más en relación con esta medida de lo que no se habla: la productividad. Tal y como yo lo veo Seat, durante estos meses, va a ensayar algo nuevo: aumentar la productividad a través de un sistema hasta ahora poco utilizado: producir menos con bastantes menos recursos; y aún quedaría otra fase: producir mucho menos con muchísimos menos recursos. Siempre se ha dicho que Seat era rentable a partir los 500.000 vehículos producidos, cierto, pero utilizando todos los recursos que tenía. ¿Qué volumen de producción haría a Seat rentable reduciendo sus recursos, por ejemplo, el 20%?).
(¡Ostras!. ¡Ostras!. El litro de gasofa baja unos centimillos, el Euribor una decimita, y mejora el Índice de Confianza de la gente del reino. Lo que ayer decíamos: sueños).
(Y los tipos han bajado: seguirán bajando -tapar agujeros-, como las previsiones: ya conocen las del FMI: compárenlas con el crecimiento presupuestado por el Gobierno: hay una diferencia de ¡1,7 puntos pasando por el 0%!, y serán peores: ya se lo he contado).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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