Hace unos días quedé para comer con tres ex alumnos: cada año, por estas fechas lo hacemos. Finalizaron su licenciatura hace seis años, ninguno de los tres se halla profesionalmente implicado, al menos de forma directa, en el subsector financiero, aunque uno lo roza muy de cerca: consultoría. La comida es un mero pretexto para charlar, y les aseguro que charlamos. La de hace unos días fue una comida interesante, como todas las que hemos hecho, pero sobre todo lo fue porque se planteó algo que, de forma inconsciente, ya está en el ambiente.
En un momento entre plato y plato, uno de mis ex alumnos manifestó el tremendo impacto que ha representado y va a representar la desaparición de los cinco principales bancos de inversión de USA; yo me quedé reflexionando unos instantes e inmediatamente archivé la afirmación, luego dije algo como lo siguiente: que esa desaparición, al margen del dramatismo que pueda suponer, lo que pone de manifiesto es que eso -los bancos de inversión- ya han dejado de ser necesarios, útiles, por eso desaparecen.
El sistema, desde su aparición a principios del siglo XIX, ha ido diseñando instrumentos a medida que los ha ido necesitando. Los bancos de inversión, el modelo de administración representado por los ‘actuales’ bancos de inversión, nació en 1933 y luego fue siendo adaptado a fin de que cumpliera un fin muy concreto: fomentar ‘el-ir-a-más’. Nacieron, se ha dicho, para evitar otro colapso como crash del 29, pero desde el principio se les vinculó a una regulación muy light, regulación que más light se fue volviendo con los años; ¿por qué?, pues porque, consciente o inconscientemente, se vio, desde su nacimiento, que los bancos de inversión eran unos instrumentos maravillosos para ‘ir-a-más’; y así ha sido, ¿o no?.
Ahora nos hallamos inmersos en una transición sistémica manifestada en la crisis que ya ha comenzado, una transición sistémica que, entre otras cosas está poniendo de manifiesto que el hiperindividualismo que tan bien ha funcionado (no busquen segundas en mis palabras: no las hay) en estás décadas pasadas, ya no sirve para lo que viene; y, ¿qué viene?.
Para ‘ir-a-más’ el hiperindividualismo es genial, pero eso supone suponer que la cantidad de recursos de que podemos disponer es ilimitada y su precio casi cero; durante las pasadas décadas, eso ha sido así y se ha crecido, y crecido, y crecido, y, cuando el precio de esos recursos se ha visto que no es casi cero, el sistema se ha puesto a elevar la productividad. Pero esto que hemos dicho en media línea, ha tenido -está teniendo- unas consecuencias demoledoras, máxime cuando se ha combinado con el fin del otro supuesto: que la oferta de recursos es inagotable. (De forma consciente no he empleado el pasado: ‘era’).
Al cambiar de escenario: una situación de ‘ir-a-la-cantidad-conveniente-en-cada-momento’, ya no prima el hipercrecimiento, sino la eficiencia, la productividad; entonces el hiperindividualismo ya no funciona y el papel que en su momento desempeñaron los bancos de inversión, deja de ser necesario. Punto. Final.
Mañana seguimos.
(¿Les cuento lo que pienso del giro que ha dado el Plan de salvamento USA?. Ya saben: ahora la medida estrella ha pasado a ser la entrada en el capital de las entidades financieras, sin voto ni veto, claro, no sea que alguien se enfade. Pregunta: ¿por qué ese cambio?. Mi opinión: está todo tan enmerdado, tanto, y tantos lo están, que se está optando por intentar salvar ‘los que estén menos mal’, los que tengan mayores posibilidades de sobrevivir).
(Otro tema interesante: con la ley de salvamento en la mano, el Señor Ministro de Economía del reino se convertirá en un 007 económico con licencia para hacer lo que crea conveniente en relación a los bancos que sí y a los que no, y los activos que serán comprados y los que no, y el precio al que se comprarán los que vayan a serlo. Lo que decíamos ayer continúa vigente: se ignora todo, pero el foco de atención pasa ahora a ser otro: en principio -en principio- serán criterios técnicos, decididos por técnicos y aplicados por técnicos, los que van tener el protagonismo, no los políticos. ¿Moda o tendencia?. Mi opinión: tendencia. Hablaremos del tema).
(Las preguntas del billón: de lo que bajaron las Bolsas la semana pasada, ¿qué parte correspondía al humo que habían acumulado en los cinco años anteriores?; de lo que las Bolsas subieron el Lunes, ¿qué parte fue nuevo humo que se generó en los fuegos de los Planes?).
(Ayer, M. François Fillon, Primer Ministro de la República Francesa, en Le Monde: “Pour le moment, on nous fait des prévisions pour l’année 2009 qui sont de l’ordre de 0,2 % [pour l’économie française], ce qui est extrêmement faible. C’est une panne de croissance avec des conséquences sur l’emploi, des conséquences sur l’activité économique, sur le pouvoir d’achat”. ¿Se imaginan cómo pueden estar viéndose las cosas a día de hoy para que todo un Primer Ministro de Francia diga algo así?)”.
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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