14 de octubre de 2008

Palabras, ideas

Se están pidiendo medidas coordinadas, por parte de los Estados: para evitar lo que viene, y no: se pueden mitigar sus efectos, preparar el camino, sólo eso, pero para eso es esencial que toda la porquería que acumulan las entidades financieras y los entes aseguradores salga a la luz; sólo a partir de ahí se podrá empezar a diseñar medidas que suavicen el impacto de lo que es inevitable. Cuanto antes nos convenzamos de esto, mejor.

En la panoplia de medidas tapa-agujeros que se están poniendo sobre la mesa destaca la compra, por parte del Estado, de acciones de entidades con problemas cuya caída significaría un riesgo sistémico; compra, pero sin derecho a voto. Sinceramente, pienso que eso es un sinsentido: al margen de que no va a servir para nada, se va a meter pasta de todos en unos sitios llenos de mierda sin que se sepa cuánta hay y sin que el que mete la pasta vaya a decir nada sobre lo que sucede en el sitio ni sobre como funciona el sitio. ¡Vaya despropósito!.

Sigo. Una antigua alumna, y amiga, que, desde hace años, se halla profesionalmente vinculada con una entidad financiera internacional, me ha contado algo que le dijeron, a ella y a varias personas más. Dicen que a las palabras se las lleva el viento, pero a estas ... (Dirán que conozco a bastantes personas vinculadas con el mundo financiero, y sí, así es).

“Hace unos días la dirección de (nombre de una sección de la entidad financiera en la que trabaja) nos reunió a todos en (nombre de una ciudad) y nos hicieron la presentación que en Julio habían hecho a los directores: explicaron el origen de la crisis (el fantasma de las subprime, la crisis de confianza...), nos presentaron cómo ha afectado en el sector financiero y, por último, nos expusieron el plan estratégico de mi sección en medio de esta crisis.

Me quedo con las siguientes reflexiones que nos hicieron:

- El sentimiento de crisis ha llegado antes de que técnicamente se produzca (2 trimestres consecutivos de crecimiento negativo).
- El problema de España es que necesita dinero de fuera para poder financiarse.
- Gracias a la política conservadora del Banco de España, los bancos y cajas han tenido que ir dotando provisiones, por lo que dispondrían de un “colchón” en un momento dado.
- El presupuesto anual de (nombre de su sección) en (nombre de la entidad en la se encuadra) ya no se incrementará como en otros años en los que se incrementaba alrededor de los X millones anuales, en 2009 y 2010 se incrementará en X/2 millones.

Nos pidieron trabajar con menos recursos, ser eficientes y aprovechar ideas frescas, innovadoras para mejorar (en definitiva, aumentar nuestra productividad).

No fue un discurso institucional, fue un discurso muy práctico, de ponernos manos a la obra, de remar todos juntos y prepararnos para crear nuevos programas y actividades”.

Mi respuesta, en gran medida, fue de sorpresa: se continúa con el manido concepto de recesión, y también con el de colchón, aunque no se dice cuanto permitirá aguantar ese colchón cuando las cosas empiecen a ir verdaderamente mal; quienes se dice que saben continúan ignorando el problema de fondo de España: la falta de productividad; pero se acertó en el resultado: se dispondrá de menos recursos, sin embargo la eficiencia deberá mejorar.

También se acertó en la falta de recursos: será tremenda, inimaginable hoy para esta nuestra, en palabras de Galbraith, ‘sociedad opulenta’; y también en que el futuro se halla en el colectivo, en la colaboración grupal.

Lo dicho: puede que a las palabras se las lleve el viento, pero a estas, en su sentido, permanecerán. En esta linea: Paul Krugman: “Hemos traspasado el umbral en el que la política monetaria tiene suficiente tracción” (El País 09.10.2008, Pág. 15). ¡Brutal!. ¿Por qué ha sucedido esto?, ¿por qué la charla que le dieron a mi amiga y a sus colegas?, ¿por qué las palabras de Krugman?, pues porque la economía financiera ha fagocitado a la real: hasta 1991 fueron juntas: la primera contribuyendo al desarrollo de la segunda, luego alimentándose de ella. En el mismo medio: Olivier Blanchard en la presentación de las últimas previsiones del FMI: “Estamos al borde de la recesión global”.

Y, también en el mismo medio, Jorg Decressing, responsable del informe de previsiones del FMI: “El elemento que más ha dañado a España es el boom inmobiliario”, ¡ciertísimo!, pero, ¿sabe, Mr. Decressing, la economía española no hubiese crecido como lo ha hecho durante estos pasados años sin ese boom: esa es la tragedia de España: España ha crecido a base de algo que ha contribuido a matarla. (Aclaro: los problemas no nacen con el ladrillo: vienen de atrás, de atrás).

Y, por cierto, ¿se acuerdan de la Expo del Agua?. ¿Si?, pues bien, una amiga que conoce muy bien el tema porque trabaja en una entidad vinculada con el evento, me ha dicho que con la pasta que costó montar dos de los ámbitos del pabellón de España se hubiesen podido cambiar todos los depósitos de los inodoros del reino por otros de doble descarga; hacer eso, ¿hubiese sido actuar de forma consciente con el presente y el futuro del agua?.

(Centenario: vale la pena recordarlo: el 12 de Septiembre de 1908, el poeta Ferrán Agulló utilizó por vez primera la denominación “Costa Brava” para designar la costa que se extiende desde Blanes hasta Porbou. Recuerdos, nostalgia, …. Ahora criticamos la masificación de Lloret, o la de Roses, ‘entonces era tan bonito’, claro, ¿y la miseria de aquellos pescadores – agricultores sumidos en una economía de cuasi subsistencia?. Lo triste ha sido la salida: ahora no subsisten, pero el precio ha sido la masificación y la destrucción del paisaje; lo segundo ya no lo revierte nadie, lo primero lo revertirá la crisis, pero volverá la miseria. Una mierda, sí).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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