Posiblemente, de entre los títulos que pueblan la historia de la Literatura el título de esta novela del escritor Gabriel García Márquez haya sido uno de los más utilizados para un sin fin de cosas desde que la obra fuera publicada, por vez, primera en 1981. También yo voy a tomarlo prestado. Y, ¿por qué este título?, se preguntarán.
A medida que los días van pasando y van concretizándose los diferentes planes de … que ya han sido diseñados, a medida que van trazándose nuevos planes de …, una constante está empezando despuntar en este bosque de actuaciones que se están produciendo en el entorno financiero: lo que se está haciendo es, fundamentalmente, paliativo: no puede curar.
Aún son pocas/os, pero ya hay expertas/os que están escribiendo y diciendo que todos estos planes tienen más un efecto psicológico que real; en la calle, la ciudadanía crecientemente está interiorizando una situación, de momento, de declive, pero cada vez con una mayor naturalidad esa ciudadanía está asumiendo que las cosas, independientemente de lo que digan políticos capitalinos o locales, ‘van a peor’.
En otras palabras: en gran medida, la función de todos esos planes, medidas, normas y acuerdos, está siendo de preparación del escenario para cuando se produzca el derrumbe a mediados del 2010; otra cosa es que esta imprescindible preparación debiera hacerse mucho mejor porque puede hacerse mucho mejor.
Por ejemplo. En USA han bajado los tipos de interés, y volverán a bajarlos; se va a poner en marcha una nueva batería de estímulos fiscales, y se van a tomar una serie de medidas para facilitar el acceso al crédito a una serie de colectivos, o se acabará no haciendo; en el fondo dará lo mismo: las medidas nada van a solucionar, pero su anuncio es sinónimo de que ‘algo malo sucede y va a continuar sucediendo’. De nuevo, lo importante es el mensaje.
Porque, ¿de verdad alguien piensa que un tipo de interés del 1,0% va a reactivar más que uno del 1,5%?. Lo esencial es dar la sensación de que ‘se están haciendo cosas’, de que alguien está guardando las fronteras: la fortaleza que el destacamento vigilaba al borde del desierto de los Tártaros, poco más.
Reparen que los mensajes ya no son del tipo ‘¡Esto lo vamos a superar!’, son más bien -de momento- del estilo ‘Intentaremos no empeorar’: demoledoras las recientes previsiones del FMI para el PIB del 2009: USA: +0,1%, UK: -0,1%, Francia: +0,2%, Alemania: 0,0%, España: -0,2%, Irlanda, ¡el Tigre Celta!: -0,6%, 0% para las economías avanzadas. Pienso que serán peores, pero con esas, de momento, vale. Para el 2010, se dice, todo mejora: el FMI también entra en el juego: es su papel; pero hoy no estoy tan seguro que ese deba ser su papel.
Preparación, y tapar agujeros, pero, sobre todo, preparación. Mr. Bernanke: dice que va poner nuevos parches, pide nuevos parches, baja los tipos: todo lo que antes han leído, sin embargo dice que lo que se haga no ha de representar un freno para el futuro, no ha de ser un lastre que dificulte hacer lo que se tenga que hacer; paliar, anestesiar localmente, OK, impedir que se haga lo que toque hacer, ni hablar. Significativo, ¿no?: paliar la situación, sí, pero con la vista puesta en el objetivo real: definir la estructura del nuevo sistema: ¡a partir del 15N en el cine Washington!.
Y bueno, ahora se está viendo como se financió el maravilloso crecimiento de los países del Este de Europa: ahora, también ahí, hay que tapar agujeros: las ayudas del FMI y del UE: la concedida a Hungría equivalente al 14% de su PIB, la dada a Ucrania al 12% del suyo; ahora se está viendo de qué tipo fue el espectacular crecimiento chino: dependiente, financieramente insostenible. Y el desarrollo del subsector del automóvil español: no quiten el ojo a la evolución de Nissan: lo que sucede en esa planta constituye el guión de lo que va a suceder en el resto de plantas españolas.
Y en Europa … se habrán enterado: la Comisión Europea, el Miércoles 29: el Plan de Apoyo a la economía (a la real, en apoyar a la financiera ya se está). Se habrán enterado, decía: se ha publicitado, pero, es curioso: mucho menos, muchísimo menos de lo que se han publicitado los planes financieros. Entren aquí y vayan mirando: http://ec.europa.eu/commission_barroso/president/focus/credit_crunch/index_en.htm.
Los diferentes planes de rescate / salvamento / apoyo que han ido elaborando los Estados para ayudar a las entidades financieras con ‘ciertos problemas’ tenían un común denominador: atender los problemas de entidades que los tuvieran, otra cosa es que se consiga; la diferencia con este proyecto elaborado por la Comisión -y que será presentado el 29 de Noviembre- estriba en que este plan busca ser de ámbito europeo, además, el lenguaje ahora utilizado, su filosofía, encierra un mucho mayor dramatismo, y, ¿por qué se hace esto?, pues porque en Europa, por ejemplo, el índice de confianza de los jefes de empresa y de los consumidores cayó en Septiembre, ¿cuánto?: la mayor caída desde la creación del índice en Enero de 1985.
España. El reino quiere vender deuda pública a los fondos soberanos del Golfo. Significativo el mensaje del Señor Ministro de Industria, Comercio y Turismo: hay que hacer eso porque aquí no hay pasta para comprarla. ¡Vaya!, y, ¿cómo es eso?. Comprarán los papeles, entrará pasta; ¿dónde se empleará?, ¿en qué se gastará?, ¿qué agujeros tapará?. Los Gobiernos de las regiones de Valencia y Andalucía -de momento-, de una u otra manera, van a inyectar dinero público en los bancos de sus regiones (dinero que viene del Estado, de otras regiones y de Europa, ¿es eso conveniente?): lo dicho a nivel del reino: ¿dónde se empleará? …
También aquí: se alegran de que haya bajado la inflación: ¿se es consciente del motivo de la bajada?. ¡Por favor, por favor!.
Y más aquí: la tasa de pobreza no ha descendido cuando el reino ‘ha ido bien’; ¡claro!: eso no era un objetivo: no podía serlo, pero vendía decir que lo era.
(Saco el tema porque me apetece. ¿Creen Uds. que el affaire Strauss-Khan hubiese salido a la luz si el mundo ‘continuase yendo bien’ y si no tocase definir una nueva estructura económica planetaria?. Yo creo que no, rotundamente no; es mi opinión, claro).
Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.
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