1 de octubre de 2008

La noche del día siguiente (más)

Bien, ya ha salido -‘oficialmente’- a relucir: “Asian Stocks Fall on Concern U.S. Rescue Won’t Bolster Growth”( http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601087&sid=aICbaITELIb4&refer=home); ya lo han leído aquí, volveremos a hablar del tema.

Y es que es cuestión de puro número: si contando la pasta que la FED ya ha inyectado, los costes de las transacciones (ejem, ejem) de los bancos industriales hacia su nueva situación, los famosos 7 cientos de miles de millones y algún colateral más, estaremos hablando, millón más, millón menos, de de dos billones de USD. Esto por un lado.

Por otro, a 31 de Diciembre del 2007, el valor total del mercado de créditos hipotecarios ascendía a 7,1 billones de USD, y el monto total de los seguros de impagos de créditos a 45,5 billones de USD, sumando ambas magnitudes obtenemos 52,6 billones.

Supongo que imaginan por dónde voy. No tengo ni la más remota idea de qué porcentaje de esa cantidad es pura mierda. ¿Les parece que seamos ultramoderados y supongamos que es el 20%?. Ahora lo dividimos por dos para eliminar cualquier mal entendido, bien, obtenemos más de 5 billones de USD, como ven mezclando cosas y contando a bulto, nos faltan 3 billones. Pero la cosa no acaba ahí.

Saquemos la lista: IndyMac, nacionalizado; los bancos industriales USA, missing in action; Washington Mutual y Wachovia, comprados a peso para que no quebrasen; F & F más missing; en Europa, Hypo Real State, sostenido; Fortis, trinacionalizado (no me negarán que no es original); Alliance & Leicester, vendido; Bradford & Bingley, intervenido; Northern Rock, nacionalizado, …. Es solo el principio, la pregunta es: ¿hasta cuánto se podrá llegar?, ¿hasta cuándo se querrá llegar?: con las entidades financieras, con las aseguradoras, con las compañías en las que se ha metido pasta contaminada.

Los políticos: todos, de todas partes; la población: la mayoría, las empresas: muchas, quieren creer que esta cadena de intervenciones, estas inyecciones, de fondos, van a servir de mucho: quieren creer que van a ser LA solución; ¿por qué quieren creerlo?, pues porque necesitan creerlo. Su lógica les lleva a pensar que no, que va a ser inútil, pero aparcan la lógica y hacen que hable el deseo.

Y ya es oficial: “El impacto de la crisis arrastrará al PIB a una recesión ‘inevitable’”, decía la pasada semana una publicación especializada.

Una vez admitido que estamos entrando en una crisis de lo que se está ahora discutiendo es de: 1) cuál será su dimensión, y 2) que sucederá después. En relación a lo primero ya conocen mi opinión: caída amortiguada hasta mediados del 2010, desde ese momento hundimiento a plomo hasta el 2012, estancamiento hasta el 2015, y salida lenta a partir de ese momento y un poco más acelerada desde el 2018.

Con respecto a lo segundo: cuál será el escenario postcrisis, lo tengo muy claro y aquí lo han leído: va a ser algo que se parecerá muy poco a lo actual porque lo actual, pura y simplemente, ya está agotado. Ahora está de moda hablar de las entidades por lo que ‘les está sucediendo’, y del Estado, porque es quien va a ayudarles (¿a todas?); entonces, somos socialistas, (¿lo somos?): “Nosotros somos socialistas de sociedad, no de Estado” (Pascual Maragall, en el momento secretario del PSC, ante el Consejo nacional del Partido, Barcelona 25.01.2003. El País 26.01.2003).

Pienso que las entidades financieras tal y como las conocemos, con la estructura que las conocemos, desempeñando las funciones que conocemos, van a desaparecer porque van a dejar de ser necesarias; y el Estado: va a ir a la baja: por lo mismo: es muy viejo: tiene más de 600 años de vida: demasiado. Entonces, ¿qué viene ahora?.

Si a lo que se tiende es a eliminar el hiperindividualismo que ya no se lleva -cinco cerebros pensando juntos generan más que si piensan por separado-, a lo que vamos es a una red de corporaciones globales actuando postglobalmente -dando por supuesto que todo el planeta es global-, multisectorialmente y multifuncionalmente.

‘Los servicios bancarios continuarán siendo necesarios, los bancos, no’, lo dijo Bill Gates, hace mucho, entonces, cuando eso llegue, la función financiera de la corporación X suministrará los servicios financieros que sean precisos en función de las necesidades globales de la corporación en cooperación con las estructuras de las corporaciones Y y Z a fin de …. Este, pienso, es el esquema: agrupaciones corporativas, desempeñando múltiples funciones en multiplicidad de lugares: ¿de países?, no lo sé: si la UE evoluciona hacia una estructura integrada, ¿qué sentido tendrá la comarca de El Bierzo?.

En cualquier caso, sigo pensando esa no será la última fase. La siguiente será una de especialización corporativa: corporación mundial de la energía, del transporte, de … : producir y suministrar elementos básicos; lo financiero pasa a ser secundario, ¿no?: se puede trabajar directamente con valor.

¡Huy, para eso falta mucho!, dirán. Bueno, no crean que tanto, no.

(China. Ya se lo he contado: pienso que va a mal, a muy mal: dependencia exterior, desestructuración interior. Mis previsiones de crecimiento para su economía: 2008: 8,0%; 2009: 4,5%; 2010: 3,0%).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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