24 de octubre de 2008

Hoy, ahora mismo

Hay intervenciones públicas que hay que escuchar, interpretar y analizar, como la que ayer realizó en la SER el Sr. Díaz Ferrán. El presidente de una de las patronales españolas dijo que EL problema de las empresas españolas radica en que los créditos se han restringido. Mi lectura es de lo que no dijo: que la empresa española precisa del crédito para sobrevivir.

El día anterior había estado charlando con un directivo de una entidad financiera española y me dijo que sí, que las peticiones de créditos se estaban analizando con lupa, y que también, que se estaba produciendo la anulación de pólizas de crédito a su vencimiento, hasta aquí todo normal, pero añadió algo de lo que no se habla: que las peticiones de crédito habían disminuido, tanto las procedentes de personas y familias como las procedentes de empresas.

Es decir: las entidades financieras han restringido el crédito y quienes podrían utilizarlo han reducido su demanda de dinero. Si lo primero es un síntoma, lo segundo es una constatación, y ambas enmarcan el mensaje de ayer del presidente de la CEOE: la situación económica está muy mal.

Volvamos a lo de antes: las empresas necesitan del crédito para vivir: ¿sobreviven gracias al crédito?. Hoy, en clase de la asignatura de Economía que este curso estoy impartiendo a las/los estudiantes de Ingeniería, uno ha argumentado: ‘Si los bancos no dan créditos, las empresas se hundirán’. Es obvio: no hace falta tener un doctorado en economía. Además están cosas como lo de Argentina, que ayudan a … empeorar una situación que ya es mala.

Digámoslo despacio: ‘sobrevivir gracias al crédito’. ¿Somos conscientes de lo que eso significa?. Significa que la existencia de quienes a eso les sucede depende de otros, que su desempeño, su quehacer diario, sus inversiones, las compras de los consumibles que precisan, las ventas de lo que elaboran, depende de que otros se las financien. Medítenlo descontextualizadamente: desde una perspectiva individualista -que es la que aún está vigente- es una aberración, pero entendido en el contexto de la evolución del sistema económico y social de estos últimos quince años, esa ‘aberración’ es la que ha permitido crecer, que el PIB aumentase, vamos. Pero la cosa aún ha sido peor.

Gran parte de ese crédito se ha construido sobre una base que, no es que no fuese sólida, es que era de humo, pero todo el mundo lo ha aceptado porque la existencia de gran parte de lo que se veía, de lo que se creaba, de lo que se fabricaba, compraba, vendía y consumía, de los que se crecía, vamos, se sustentaba sobre la misma base: humo, puro humo, por lo que negar eso significaba ir contra el crecimiento.

¿Por qué creen, si no, que los Estados van a meter cinco billones de dólares en el sistema financiero cargándose con una deuda que va a ser traspasada a nuestros descendientes?, ¿por qué piensan que se van a sacar fondos de aquí y de allá a fin de meterlos en el sistema financiero y van a dejar de gastarse en otros menesteres?, ¿por qué creen que todos los políticos, to-dos, soportan esas medidas?, pues porque todo el mundo sabe que si el sistema financiero se va a la mierda, todo se va a la mierda, por eso callan y otorgan aún sabiendo que con esos billones lo único que se va a conseguir es comprar un poco de tiempo, unas semanas, un par de meses, tal vez, nada más. Y esos políticos dirán lo que crean que deben decir, pero quienes deben saber lo que en verdad sucede ya lo saben: ¿no se han percatado de que los anuncios de rescates, salvamentos y apoyos cada vez tienen un menor impacto, de que cada vez influyen menos en la evolución de Bolsas y bolsillos?, o de que sí influyen: negativamente.

Algo como lo anterior es malo en todas partes, pero en el reino más: muy dependiente, poco productivo, bajo valor generado, economía pequeña: 8,5% del PIB de la UE. La española es una economía con poco de todo: pocos recursos, poca capacidad de respuesta, poca flexibilidad para cambiar de carril, poca capacidad de aguante ante un problema como el actual. España tiene poca ‘masa crítica’, en consecuencia puede aportar muy poco, o nada, al conjunto: España ha sido receptora neta de fondos comunitarios, aún lo es.

En consecuencia, no nos llaman -nos invitan- a reuniones en las que se deciden cosas; no por nada, es que España no es necesaria: ¿qué va a aportar?, ¿qué va a decir?, ¿qué peso tiene para influir, para liderar?. En los momentos actuales es preciso que se marquen caminos, y la economía española no puede porque nunca lo ha hecho; pudo hacerlo: en el siglo XVI, pero perdió su tren.

España ya ha dejado de ‘estar de moda’: “(…) la cumbre se convoca de común acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea”, ha dicho el Gobierno español (El País 23.10.2008, Pág. 21), lo que es cierto y pone de manifiesto lo antes dicho: España es miembro de la UE e, independientemente de lo que crea el Gobierno español, lo cierto es que no es necesaria.

No sé si es triste, o no, pero más vale que España se vaya haciendo a la idea.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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